Hoy hablaremos de los beneficios para la
salud que nos aporta la dieta mediterránea. Cabe destacar que la dieta
mediterránea no solo reduce un 30% la probabilidad de padecer patologías
cardiovasculares, sinó que también tiene un papel protector frente a
enfermedades metabólicas (diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión arterial)
y ciertos tipos de cáncer.
Pero nos centraremos en la diabetes, que se
puede definir como “alteraciones metabólicas de múltiples etiologías
caracterizadas por hiperglucémia crónica y trastornos en el metabolismo de los
hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, resultado de defectos en la
secreción de insulina, en la acción de la misma o en ambas”. Se trata de una
enfermedad que sabemos que afecta a un 14% de la población española y un 6% de
la población aún no está diagnosticada, por lo que se trata de una enfermedad
bastante frecuente.
La alimentación de un diabético no debe ser
muy distinta a la de los pacientes que no lo son, simplemente es importante
hacer hincapié en el consumo de ciertos alimentos, seguir un horario de comidas
bastante regular y controlar las cantidades de hidratos de carbono ingeridas (el
control deberá ser mucho más estricto en pacientes diabéticos tipo 1 ya que
deberán administrar-se una dosis de insulina prandial u otra en función de la
cantidad de hidratos de carbono y el índice glucémico de los alimentos).
La energía recibida es recomendable que sea
en las siguientes proporciones:
·
Proteínas: <15%
·
Hidratos de carbono: >50%
o
HC absorción rápida: <8%
o
HC absorción lenta: >40%
·
Grasas: <30%, preferentemente insaturadas
Las principales recomendaciones en cuanto a
dieta y ejercicio para los pacientes diabéticos son:
1. Dieta
equilibrada, adecuada y suficiente para el paciente en concreto.
2. Dieta
flexible y adaptable a los hábitos personales (debemos tener en cuenta si
existen otras patologías o alergias).
3. El aporte
de hidratos de carbono debe basarse en HC complejos y fibra, disminuyendo los
azúcares refinados de la dieta.
4. Bajo
aporte de grasas saturadas y colesterol.
5. Aporte
adecuado pero controlado de proteínas.
6. Uso de
alimentos naturales preferentemente, evitando procesados y precocinados.
¿Qué debe comer un diabético?
1) Alimentos
ricos en fibra: verduras, legumbres, cereales integrales…
2) Más
pescado que carne
3) Leche y
derivados, preferentemente desnatados
4) En caso
de nefropatía diabética: restringir la sal
Como podemos ver, siguiendo una dieta
mediterránea nos acercamos bastante a las recomendaciones para los pacientes
diabéticos; únicamente debemos reducir el consumo de hidratos de carbono
respecto a otros pacientes. También es importante tener en cuenta el índice
glucémico de los alimentos, un índice glucémico elevado significa una rápida
absorción de la glucosa, mientras que un índice glucémico bajo indica una
absorción lenta y mantenida. En los pacientes diabéticos, nos interesa que haya
un suministro gradual de glucosa hacia la sangre, de tal manera que así se
producirá una disminución de la liberación de insulina contribuyendo, por
tanto, a un mejor control de la glucemia. Las lentejas, las judías y la avena
son algunos ejemplos de índice glucémico bajo; mientras que el pan blanco, las
patatas cocidas y el arroz representan los alimentos de índice glucémico alto.
Es importante mencionar también, que un
consumo elevado de fruta (>3 raciones al día), también podría ser el
responsable de un aumento de la glucemia, ya que las frutas tienen bastantes
hidratos de carbono simples.
Es importante destacar, que la dieta
mediterránea cubre adecuadamente los requerimientos diarios de vitaminas y
minerales, por lo que no es necesario realizar ninguna suplementación. Aunque
siempre se deberá valorar la administración de suplementos en caso de
desnutrición, déficits o padecer alguna patología en concreto, casos en los que
sí sería interesante la suplementación.