martes, 21 de marzo de 2017

Buena opción también para los diabéticos

Hoy hablaremos de los beneficios para la salud que nos aporta la dieta mediterránea. Cabe destacar que la dieta mediterránea no solo reduce un 30% la probabilidad de padecer patologías cardiovasculares, sinó que también tiene un papel protector frente a enfermedades metabólicas (diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión arterial) y ciertos tipos de cáncer.
Pero nos centraremos en la diabetes, que se puede definir como “alteraciones metabólicas de múltiples etiologías caracterizadas por hiperglucémia crónica y trastornos en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, resultado de defectos en la secreción de insulina, en la acción de la misma o en ambas”. Se trata de una enfermedad que sabemos que afecta a un 14% de la población española y un 6% de la población aún no está diagnosticada, por lo que se trata de una enfermedad bastante frecuente.
La alimentación de un diabético no debe ser muy distinta a la de los pacientes que no lo son, simplemente es importante hacer hincapié en el consumo de ciertos alimentos, seguir un horario de comidas bastante regular y controlar las cantidades de hidratos de carbono ingeridas (el control deberá ser mucho más estricto en pacientes diabéticos tipo 1 ya que deberán administrar-se una dosis de insulina prandial u otra en función de la cantidad de hidratos de carbono y el índice glucémico de los alimentos).
La energía recibida es recomendable que sea en las siguientes proporciones:
·         Proteínas: <15%
·         Hidratos de carbono: >50%
o    HC absorción rápida: <8%
o    HC absorción lenta: >40%
·         Grasas: <30%, preferentemente insaturadas
Las principales recomendaciones en cuanto a dieta y ejercicio para los pacientes diabéticos son:
1.    Dieta equilibrada, adecuada y suficiente para el paciente en concreto.
2.  Dieta flexible y adaptable a los hábitos personales (debemos tener en cuenta si existen otras patologías o alergias).
3.    El aporte de hidratos de carbono debe basarse en HC complejos y fibra, disminuyendo los azúcares refinados de la dieta.
4.    Bajo aporte de grasas saturadas y colesterol.
5.    Aporte adecuado pero controlado de proteínas.
6.    Uso de alimentos naturales preferentemente, evitando procesados y precocinados.
¿Qué debe comer un diabético?
1)   Alimentos ricos en fibra: verduras, legumbres, cereales integrales…
2)   Más pescado que carne
3)   Leche y derivados, preferentemente desnatados
4)   En caso de nefropatía diabética: restringir la sal
Como podemos ver, siguiendo una dieta mediterránea nos acercamos bastante a las recomendaciones para los pacientes diabéticos; únicamente debemos reducir el consumo de hidratos de carbono respecto a otros pacientes. También es importante tener en cuenta el índice glucémico de los alimentos, un índice glucémico elevado significa una rápida absorción de la glucosa, mientras que un índice glucémico bajo indica una absorción lenta y mantenida. En los pacientes diabéticos, nos interesa que haya un suministro gradual de glucosa hacia la sangre, de tal manera que así se producirá una disminución de la liberación de insulina contribuyendo, por tanto, a un mejor control de la glucemia. Las lentejas, las judías y la avena son algunos ejemplos de índice glucémico bajo; mientras que el pan blanco, las patatas cocidas y el arroz representan los alimentos de índice glucémico alto.
Es importante mencionar también, que un consumo elevado de fruta (>3 raciones al día), también podría ser el responsable de un aumento de la glucemia, ya que las frutas tienen bastantes hidratos de carbono simples.
Es importante destacar, que la dieta mediterránea cubre adecuadamente los requerimientos diarios de vitaminas y minerales, por lo que no es necesario realizar ninguna suplementación. Aunque siempre se deberá valorar la administración de suplementos en caso de desnutrición, déficits o padecer alguna patología en concreto, casos en los que sí sería interesante la suplementación.

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